EN LA RECTA FINAL

Las expectativas habían sido empacadas en la noche anterior y los esfuerzos titánicos aguardaban, sin temor a nada, silenciosos en el corazón.

Amaneció y con él el gran día. Alistamos minuciosamente nuestras cosas sin perder ningún detalle; desde diferentes puntos de la ciudad nos dirigimos hacia Pomalca (donde nos esperaba Claudia para ultimar detalles. Ya eran las 8am, que con viaje, plática, buen humor, recuerdos y olvidos, se hizo 9:30am. Prestos nos dirigimos en un moto-taxi hacia el distrito de Collud, aproximadamente a 10 min de Pomalca, allí nos aguardaba un amigo arqueólogo con el que habíamos entablado conversaciones previas; hubo algunos problemas con el ambiente que había sido destinado para nosotros y nuestro ingenio resolvió el impase, desarrollando el centro de audiencia en los exteriores de la Residencia del Proyecto “huaca Collud”.

A pesar de haber previsto todo las condiciones de terceros nos ponían las trabas. Al tratar de conectar el equipo de sonido nos damos con la sorpresa que se había ido el flujo eléctrico en todo el distrito; en ese momento nos encontramos con una barrera difícil de sortear. Acudimos a una tienda para comprar pilas con el fin de hacer funcionar dicho aparato, ya se avizoraban algunas cabecitas entre las contorneadas pistas hacia el local y nuestros corazones se desbordaban de ansiedad y percibíamos cierto olor a fracaso.

El olor se hizo más intenso, el equipo no funcionaba siquiera con pilas, estábamos desmoralizados. Dividimos fuerzas para empezar dinámicas de grupo con las personas, que bordeaban las 20 asistentes, y solucionar el problema de la difusión de los audios. Anamaría y Víctor conversaban con nuestra audiencia y se empezó a formar el debate en base a los temas abordados en los audios radiofónicos. Mientras tanto Claudia iba a pomalca por ayuda, el tiempo transcurría y el debate, bebida y bocadillos se agotaban; de pronto Claudia se aproxima rauda en un motokar dispuesta a proyectar los audios en su equipo interno se sonido. Nos sorprendimos y alegramos por la manera poco ortodoxa en la que íbamos a trabajar. Los audios y su efecto en el centro de audiencia tuvieron el impacto que esperábamos, y más, el público termino agradecido y nosotros extasiados con el corazón orgulloso. Recogimos todo y regresamos a casa, felices.